El entramado ligero tiene su origen en Norteamérica y surge en el siglo XIX como consecuencia de dos factores: la disponibilidad de productos industriales normalizados y la necesidad de disponer de un sistema rápido de construcción (colonización del Oeste de EE.UU.).
La estructura está compuesta por tres componentes diferenciados, cada cual con su función particular: entramado, cerramiento y revestimiento exterior e interior.
Este método hace posible la construcción de edificios de múltiples plantas, gran diversidad en los acabados y no conoce las limitaciones para la imaginación del arquitecto a la hora de diseñar el edificio, además de ampliar considerablemente las prestaciones de una casa de madera tradicional.
Actualmente el 70-80% de todas las viviendas que se construyen en países como Finlandia, Suecia, Australia, Canadá y Estados Unidos.
En el entramado ligero se aprovechan las propiedades de la madera de manera óptima. Se utiliza madera maciza con el sistema laminado para vigas y pilares, para el resto de las pareces y componentes de la casa se utiliza la misma madera que para las vigas pero con el sistema sándwich que más adelante veremos y que incluye aislamientos de lana de mineral y asilamientos de vapor.
El entramado es la estructura principal del edificio, pero por sí solo sería como un castillo de naipes.
Para conseguir rigidez en la estructura es preciso añadir el segundo elemento, el cerramiento. El resultado es una estructura ligera pero muy resistente.
Finalmente se recubren las paredes, suelos y tejados con un revestimiento. Este revestimiento puede ser tanto de la misma madera como de otros materiales como piedra, cemento, mono-capa, yeso, azulejos, parquet, pizarra, tejas, cerámica, pladur, etc.
Es un método muy versátil. Con el paso del tiempo. Se han añadido materiales nuevos, productos estandarizados, métodos más sofisticados de construcción como el sistema sándwich; pero los principios básicos siguen siendo los mismos.
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